NUESTRO ENFOQUE
Donde la forma encuentra el propósito.
Casa Ocho nace como una extensión del ser. No es solo ropa, es un manifiesto visual. Diseñamos para hombres que viven con intención, elegancia y profundidad. Cada prenda es una afirmación de identidad, creada desde la precisión del diseño y una sensibilidad artística que valora el silencio, la proporción y la fuerza interior.
Inspirados por el simbolismo del número ocho figura del infinito, puente entre lo material y lo espiritual, creamos piezas que conectan con un estado de emoción elevada.
Vestir Casa Ocho es habitar una frecuencia: liderazgo, equilibrio, propósito.
EXCELENCIA
La simplicidad es un acto de maestría.
En Casa Ocho creemos que lo esencial es lo que perdura. Trabajamos con materiales nobles, siluetas limpias y cortes precisos que revelan una elegancia sin esfuerzo. Cada prenda es pensada como una obra de arquitectura textil: estética, proporción y funcionalidad conviven en armonía.
Nuestra visión de lujo es silenciosa, pero poderosa. Hablamos a través de los detalles, la calidad de los acabados y la intención detrás de cada decisión. No seguimos tendencias: las trascendemos.
Historia
Ocho es más que un número. Es camino.
Casa Ocho fue fundada por Eduardo Garay Sanz, artista y creador visual, con la intención de unir arte, alma y vestimenta en una experiencia significativa. Su visión nace del número 8, símbolo de transformación continua, equilibrio entre lo espiritual y lo terrestre, es la fuerza para materializar con propósito.
La historia de Casa Ocho está tejida con símbolos. El ocho gira eternamente, como lo hace la búsqueda del hombre por autenticidad, presencia y expansión interior. La cruz simboliza lo espiritual. En ese giro nace la marca: como un reflejo de evolución y libertad espiritual.
